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Sherpa: Música se dedica a reseñar álbumes de música, de todo género y de toda época. Resulta útil como herramienta para descubrir música nueva y explorar géneros nuevos. Regularmente tratamos de guiar a simpatizantes de la música como un sherpa por los confusos paisajes del mundo del arte musical con críticas de discos clásicos, interesantes y también lo más nuevo.

07-12-2010

Cuando la locura se personifica...

"King for a Day/Fool for a Lifetime"
de Faith No More
Enardecido: [...] un disco majestuoso por el hecho de zafarse de las ataduras e imposiciones rockeras. Cada track es un potente viaje y sus armonías más sutiles ni siquiera desaprovechan su fuerza. [...]
Mike Patton, el tipo que grita, sacude la cabeza, te puede cantar al oído en italiano y logra seducir en todos los escenarios que puedas imaginar.
Y hablando de escenarios, eso es lo que se explota en "King for a Day/Fool for a Lifetime", de Faith No More. Funk, Jazz, Noise o Bossa Nova se tornan magnéticos y pegajosos y hacen cuestionarse de qué se trata todo esto... aunque permite dilucidar que es un impresionante vuelco de preguntas, de verdades, de pérdidas mentales y – el acto inteligente - de enfrentamientos. Un disco "sin pelos en la lengua".
Patton es un frontman omnipotente y sabe cómo dirigir a su orquesta - en esta placa, conformada por Bordin, Bottum, Gould y Spruance -; sinfonías notablemente definidas, frenéticas y que se alejan de esferas monótonas. Y ahí está lo sorprendente del "King for a Day": la osadía de perturbar.
Mike juega como un adolescente en este universo musical. Demuestra su talento vocal, grita y actúa como un esquizofrénico irresistible (especialmente en Cuckoo for Caca, The Gentle Art of Making Enemies y en uno de los tantos himnos, Digging the Grave), deja entrever su fragilidad (Just a Man, Ricochet) y hasta da pistas de una posible fuga desde la "casa de Orates".
Faith No More se apartó de los parámetros establecidos en sus anteriores entregas ("The Real Thing", "Angel Dust"), situándose así en el Olimpo de los sonidos más audaces de los noventa con este acertado arriesgo en que se explotan todos los recursos y que termina definiéndose como un frenesí sofisticado. Acá nada resulta azaroso. He ahí el intento de hacernos creer que estamos frente a una bomba de tiempo, pero resulta ser una bomba que explosiona de manera perfecta, sin dejar ni dañados ni la instalación de un escenario devastador. Sin embargo, la banda tiene el afán de la demolición.
Este vuelco de Faith también se dio luego de la salida obligada (discrepancias creativas) de Jim Martin, su guitarrista, por lo que Patton tuvo oportunidad de redefinir el sonido, además de glorificarse y alcanzar el estatus de influyente rockstar.
"Running twice as fast to stay in the same place / Don't catch my breath to the end of the day / And I'd rather be shot in the face / Then hear what you're going to say". Letras directo al grano y que incitan a enfrentarse, y pese a encontrarse un poco perdido, el miedo no se convierte en un obstáculo para alcanzar a liberarse.
O en Just a Man, el último track: "Man was born to love / Though often he has sought / Like Icarus, to fly too high / And far too lonely than he ought / To kiss the sun of east and west / And hold the world at his behest / To hold the terrible power / To whom only gods are blessed / But me, I am just a man." El momento épico de Patton y compañía en que seduce con su incomparable fraseo. Sin duda, una de las letras más vulnerables del disco. Y se vuelve un tanto cliché al imaginar a un hombre extendiendo sus brazos bajo la lluvia y en medio de una tormenta. Imagen cliché, pero poderosísima.
Digging the Grave tampoco es capaz de quedarse atrás (sólo basta recordar el videoclip) y menos teniendo conocimiento de que es obligado en el setlist en vivo.
"King for a Day..." (que desprendió un gran número de singles… la refinada Evidence, por ejemplo) es un disco majestuoso por el hecho de zafarse de las ataduras e imposiciones rockeras. Cada track es un potente viaje y sus armonías más sutiles ni siquiera desaprovechan su fuerza. No cabe duda de que Patton encontró la fórmula para reinventar el rock.
Escucha: Digging the Grave, de Faith No More

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