No todas las canciones tienen brillo por sí mismas; varias sólo cobran sentido cuando se escucha el álbum como un todo coherente. Si se trata de un oyente emocionalmente enfocado, el disco cala profundo. Pero quien escudriñe cada vericueto técnico, aviso: esta no es su tierra.
El sol inmiscuyéndose tímido entre las cortinas, las sábanas desordenadas, la ropa arrugada y un holor a cigarro demasiado esparcido como para identificar de dónde viene. El pelo enmarañado y los sentimientos no muy lejos. La voz crepuscular de Cat Power, el 'nom de rock' de Chan Marshall, se asoma desde la radio entre el piano cadencioso de I Don't Blame You. No describo una escena presente, más bien es el efecto de un disco como "You Are Free", con el suficiente poder dramático como para instalar sus propios ambientes donde suene.
Hablamos de un disco con alto grado de experimentación en relación a sus antecesores, con variedad de cuerdas, y teclados que pueden emerger y desaparecer, o dominar la tónica de la canción. Un hermoso juego de cuerdas se nos presenta en Good Woman, con la cooperación de Eddie Vedder en las voces, junto a un canto de Cat Power rasposo por el nudo sentimental en la garganta que trata de desalojar. La libertad será el tema en torno al cual girarán las canciones: plegarias desesperadas como Maybe Not ("Todos podemos ser libres / Quizás no con palabras / Quizás no con una mirada / Sino con nuestras mentes") me hacen imaginar a Chan con resuellos de humo nicotínico saliendo de su boca mientras canta.
En Free Chan Marshall se introduce con decisión. Una guitarra limpia y precisa, casi severa. Muestra perfecta de que Chan puede ser una mujer potente sin perder su elegancia. Su dominio estilizado del rock se perfila de manera clara también en Speak for Me. De hecho es difícil entender cómo este álbum no se ha destacado más en las esferas del rock cuando es capaz de producir la convergencia de importantes artistas de los noventa como Dave Grohl (Foo Fighters) o Eddie Vedder (Pearl Jam). Asimismo, las reminiscencias de Sonic Youth en canciones como Shaking Paper los hacen una referencia obligada de su obra.
El disco parece ser la sede de personajes con un sentido de urgencia a flor de piel, deseos de ser salvados, amar, conversar, en una pugna por conseguirlo todo a la vez. Queda especialmente patente en He War, con su emergencia creciente y su coro configurado como un llamado para ser escuchada. La aparición de Dave Grohl como invitado en la canción acelera las baterías, pero también las matiza, les quita dureza aportando con nociones de pop que hacen de la canción algo parecido a un hit.
Buena parte del álbum está compuesto de canciones que son una simple repetición incesante de unos pocos instrumentos. Peligro de monotonía, pero también una forma de darle espacio suficiente a la voz y letra de Cat Power para que se muestre conmovedoramente al desnudo. Fool se destaca justamente por un balanceo de notas de guitarra inquietantemente aletargado; ecos de una herida que nos recuerdan que su voz es un privilegio.
No todas las canciones tienen brillo por sí mismas; varias sólo cobran sentido cuando se escucha el álbum como un todo coherente. Si se trata de un oyente emocionalmente enfocado, el disco cala profundo. Pero quien escudriñe cada vericueto técnico, aviso: esta no es su tierra.
Siempre agradezco a los artistas con la suficiente madurez para escribir baladas. Notas la diferencia cuando sientes un cosquilleo, como si te cantaran en el oído. La noche como oscuro telón de fondo y, a lo lejos, el lamento de una sirena se desvanece.
Escucha: He War, de Cat Power
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