[...] Cobain y compañía fueron capaces de darle forma a la complejidad, a la enfermedad y a la debilidad humana. Una terapia bastante legítima para exorcizar los demonios internos y escapar, en cierto grado, de la vergüenza por no lograr manejarlos. Un unplugged que se asemeja al purgatorio mismo. [...]
Uno de los discos más significativos dentro del marco de los famosos desenchufados de MTV (qué tiempos aquellos). Y posiblemente, el comienzo del fin de la fiebre del grunge y la despedida más "decente" que Kurt Cobain con Nirvana nos pudo brindar (ya en el 94' no era lo mismo). "MTV Unplugged in New York" se asimila a una banda sonora de funeral (nótese en el mismo DVD y descrito detalladamente por Michael Cross en Heavier Than Heaven). Con una voz descarnada - sobre todo en Where did you sleep last night - Cobain trató de desnudarse ante los espectadores. Ya los errores no importaban en vivo y puede que hasta se alivió, en cierta forma, de alejarse del hitazo que impulsó a la banda a la gloria, Smells Like Teen Spirit, el himno de la generación X.
Haga el siguiente ejercicio: encienda su equipo (intente alejarse un poco de su PC o notebook y experimente esta vez aquel hábito romántico de escuchar los sonidos envolventes), ponga el disco e instálese en una especie de buhardilla o en una habitación que no tenga una panorámica moderna, sino que las tejas o techumbres oxidadas sean las protagonistas y encárguese de observar el escenario y cerrar los ojos cuando lo estime conveniente.
Continúe con el ejercicio. Sería ideal que rememorara lo que fue de su vida en la primera mitad de los noventas y entre sus pensamientos deambulará algún chico de larga cabellera, apariencia descuidada, camisa leñadora (que evite lucir la marca de sus ropajes) y dueño de una mirada semiperdida, signo de una nula pertenencia, con escasas expectativas sobre sí mismo e incapaz de dar un peso por él. Desolador. Intangible, pero real.
Han pasado más de 15 años de este viaje musical e inevitablemente hemos estado inmersos en la oscuridad y en la incertidumbre. Hemos deambulado por pasajes poco alentadores y hasta destructivos. Y Cobain y compañía fueron capaces de darle forma a la complejidad, a la enfermedad y a la debilidad humana. Una terapia bastante legítima para exorcizar los demonios internos y escapar, en cierto grado, de la vergüenza por no lograr manejarlos. Un unplugged que se asemeja al purgatorio mismo. Si con sólo checar el DVD le brinda la sensación de despedida por las velas y flores que acorralan a Nirvana e invitados.
Grabado en los estudios de Sony, el 18 de noviembre de 1993, este desenchufado, suena, sin duda alguna, mucho más prolijo e intimista (un Grohl frente a una batería totalmente sosegada, Novoselic jugándosela con el acordeón en Jesus Doesn't Want Me For A Sunbeam y el cello de Lori Goldston) y alejado de los alaridos que distinguieron al rubio líder. Resulta además menos ensimismado por el hecho de incorporar repertorio de Bowie (The Man Who Sold The World), de The Vaselines (Jesus Doesn't Want Me For A Sunbeam) y de Leadbelly (Where Did You Sleep Last Night?). ¿Hubiese sido una buena jugada haber tributado a The Melvins? Pensemos que no.
Un disco sin excesos de rockstar, pero plagado de sentimientos, de honestidad y sensatez extremas como en Pennyroyal Tea (titulado inicialmente I Hate Myself And I Want To Die), himno dotado de una confesión de aquellas, en el que es fehaciente el desgano y el cansancio de vivir: "I'm so tired I can't sleep / I'm anemic royalty / I'm a liar and a thief / I'm anemic royalty". Lacónico y efectista - en el buen sentido -. O con Something In The Way (del "Nevermind"). ¿Y si Milk It se hubiese añadido? No, mejor no. Tenía la frase clave: "Look on the bright side is suicide". No hay necesidad de esclarecerlo.
Esta placa pudo haber sido una buena sinfonía en algún filme de Van Sant (compañía precisa para River Phoenix en "My own private Idaho"). Y si Andrés Caicedo hubiese sido un veinteañero en los noventas, podría haberse convertido en el mejor aliado latino del atormentado chico de Seattle.
Escucha: Pennyroyal Tea, de Nirvana


No hay comentarios.:
Publicar un comentario