
Lo que 36 Crazyfists nos ofrece en este disco es energía y sentimiento puro. Es hasta la fecha su disco más diverso y accesible, sobre todo para aquellos que quieren conocer un poco más del post hardcore/metalcore sin sentir que están escuchando peleas de perros. [...]
Hay bandas metaleras, bandas punk-hardcore, y entremedio, en una perfecta mezcla se encuentra 36 Crazyfists con su estilo musical que sólo puede ser descrito como Metalcore. Esta banda de Kenai, Alaska formada por Brock Lindow (voz), Steve Holt (guitarra), Mick Whitney (bajo) y Thomas Noonan (batería) ya tiene un repertorio bastante importante armado. Influenciados por bandas nü-metal y post hardcore, 36 Crazyfists logra un sonido digno de recalcar en todos sus discos, y "The Tide And Its Takers" deja la vara aún más alta.
El disco está repleto de poderosos riffs, melodías cautivantes y potentes coros, pero al escucharlo lo que más llama la atención, aparte de la increíble calidad musical que la banda tiene que ofrecer, es el tema de trasfondo que une todas las canciones del álbum; la guerra desde el punto de vista de un soldado. The All Night Lights comienza rápida y agresivamente, con la guitarra de Holt y la batería de Noonan, que luego se unen a los gritos de Lindow y al bajo de Whitney, anunciándote lo que este disco está por hacerte experimentar. Sonidos llenos de ira y melancolía, una mezcla que te energiza desde el primer momento: "He visto la vida a través de la muerte / Bajo su peso, todos caeremos". We Gave It Hell sigue con el mismo estilo de sonido, sin caer en la repetición. La mejor demostración de que el orden de los factores no altera un (buen) producto: "Éstas son las fuertes olas de desesperación". The Back Harlow Road toma un descanso momentáneo de las compulsivas guitarras y gritos, para darle un sonido más melódico al disco, y cuando digo momentáneo, me refiero sólo hasta que reaparecen en el coro, para no apagar del todo la energía que te han inyectado hasta el momento: "Esto es todo lo que se interpone entre el cielo y la tumba". Clear The Coast hace referencia directa con su título a los desembarcos en las costas de líneas enemigas (Normandía por ejemplo), alejándose musicalmente de la parte hardcore y coqueteando más de cerca con el metal, el tema es un poco más pesado que los anteriores debido a sus ritmos pausados y sonidos oscuros: "El camino atrás se destruye / No tengo miedo a morir".
Con Waiting On A War comienza la parte de más carga emocional del disco. Una suave guitarra acústica se mezcla con la voz de Lindow para luego introducirnos en un potente riff cargado de sentimiento, descargando en sonidos frenéticos y melódicos al mismo tiempo. El coro simplemente eleva aún más la canción, probablemente lo mejor del disco: "esperando una guerra, esto es el pánico instalándose". Only A Year Or So... es la continuación precisa para la sensación que deja el tema anterior, comenzando con una base de teclado, que luego se une con una batería rítmica y los demás instrumentos, y una mujer junto con su esposo (que está en la guerra), nos dejan escuchar que es lo que pasa por sus mentes en aquellos momentos de angustia. Entre aquellos versos se mezclan los coros ya distintivos del grupo, "Muriendo por aguantar / Estás completamente solo / Rrezando para salir vivo". Absent Are The Saints se aleja de la emotividad para retomar sonidos más agresivos, parecidos a lo que habíamos escuchado en el principio del disco. Con una introducción cargada de energía, una guitarra mucho más metálica y baterías de doble pedalera se deslizan a través del tema, mientras los gritos se mezclan con duetos melódicos por parte de Lindow y Holt: "En la muerte de la noche / Ausentes están los santos". Vast And Vague se torna mucho más hardcore con riffs más agudos y sencillos, sin tantos gritos y voces más definidas, y con un ritmo cambiante entre sonidos rápidos y más melódicos: "Somos los únicos / Los aptos y verdaderos / Somos los pocos elegidos". When Distance Is The Closest Reminder es otra de aquellas canciones que sólo pueden describirse como metalcore. Es lo suficientemente rápida y agresiva para ser llamada hardcore, y los riffs y gritos son tan potentes como para tener que definirlos como metal. Ésta es de esas canciones que dicen 36 Crazyfists por donde la mires; "Un lento baile en la oscuridad por los tiempos pasados / Mientras dejamos la muerte en su propia vigilia". Northern November comienza con la batería y la voz de protagonistas y se mantiene así hasta el coro donde se vuelven a mezclar los sonidos de la banda completa con una guitarra siempre latente por detrás. El tema en sí es mucho menos intenso que los anteriores, preparándonos así para finalizar el disco, "Cuando la pérdida se hunde / Las fotografías están solas apoyando y aguantando". The Tide And Its Takers es el tema acústico que se encarga de darle un final más tranquilo a este intenso álbum. El picking de la guitarra, junto con las voces de Lindow y Holt te absorben y te calman luego de este intenso viaje. Un cierre realmente necesario para no quedar hiperquinético luego de todo lo que nos han hecho experimentar, "Así que di tus adioses / Y déjalo morir todo esta noche".
Lo que 36 Crazyfists nos ofrece en este disco es energía y sentimiento puro. Es hasta la fecha su disco más diverso y accesible, sobre todo para aquellos que quieren conocer un poco más del post hardcore / metalcore sin sentir que están escuchando peleas de perros. Por último, si vas a escuchar este disco sólo recomiendo que leas las letras de las canciones mientras lo haces, es una experiencia totalmente distinta, y para mi gusto, casi obligatoria.
Escucha: Waiting On A War, de 36 Crazyfists

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